Santas Justa y Rufina, la importancia de los seglares.

Justa y Rufina , hermanas nacidas en Hispalis, bajo el dominio romano; de modesta familia de cristianos clandestinos dedicados al oficio de la alfarería. Era costumbre celebrar una vez al año una fiesta pagana en honor a Venus en la cual se recorrían las calles de la ciudad pidiendo limosnas para la fiesta. En cierta ocasión, los paganos llegaron a casa de Justa y Rufina solicitando el dinero correspondiente, pero las hermanas se negaron a pagarlo por ser el fin de éste contrario a su fe, y no sólo esto sino que decidieron hacer añicos la figura de la diosa entre ambas, provocando de esta manera el enfado general.

Diogeniano, mandó encarcelarlas, animándolas a abandonar sus creencias cristianas si no querían ser víctimas del martirio. Las santas se negaron a pesar de las amenazas. Viendo que no surtió efecto el castigo las encerró en una tenebrosa cárcel donde sufrirían las penalidades del hambre y la sed.Sobrevivieron a su condena, por lo que fueron castigadas de nuevo, esta vez debían caminar descalzas hasta llegar a Sierra Morena.  Viendo que nada las vencía mandó encarcelarlas hasta morir, la primera en fallecer fue Santa Justa.

Una vez que hubo acabado con la vida de Justa, Diogeniano creyó que Rufina sucumbiría a sus deseos con más facilidad, pero no lo consiguió, y decidió acabar con su vida de la forma más lúgubre en aquellos tiempos, la llevó al anfiteatro y la dejó a expensas de un león para que la destrozase. La bestia se acercó y lo más que hizo fue mover la cola y lamer sus vestiduras como haría un animal de compañía. El Prefecto no aguantó más, la mandó degollar y quemar su cuerpo. Nuevamente tras este hecho el obispo Sabino recogió los restos y la enterró junto a su hermana en el año 287.


Por tan cristiana acción, fueron canonizadas , se les nombró Patronas de Sevilla, y de los gremios de alfareros y cacharreros.